Empecemos con unas preguntas simples. Si tu objetivo es llegar al máximo número de personas… ¿Qué prefieres, una página de Facebook con 100 fans o 1.000 fans? ¿Tener 100 ó 1.000 followers en Twitter? ¿Prefieres 100 suscritos a tu RSS o 1.000? Y en LinkedIn, ¿100 ó 1.000 contactos? ¿Prefieres 100 e-mails en tu BBDD o 1.000?
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Probablemente, tu primer impulso te hará escoger el mayor número de contactos en cada una de las diferentes plataformas. Luego, quizá te preguntas: “Un momento, aquí hay gato encerrado. Seguro que es una trampa”. Y no vas mal encaminado. La hay. ¿Por qué? La respuesta la encontramos estudiando las redes. No se puede evaluar la capacidad de difusión de una red sólo a través del primer nivel de contactos. Tenemos que ver los nodos a los que está unida.
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